María Lladró, Consultora Asociada de TransformAction Europe y especialista en familias empresarias y consejos de administración, ha escrito un artículo para Canal CEO donde propone una metáfora para explicar la diferencia entre empresa familiar y familia empresaria.

Utiliza el puzzle y el tangram. El puzzle es un juego que todos conocemos y el tangram es un antiguo juego chino formado por 7 piezas, entre las que hay 5 triángulos de distintos tamaños, 1 cuadrado y 1 romboide, con el que se puede crear una infinidad de figuras distintas. ¿Cuál es la metáfora?

Definiendo la empresa familiar…

El fundador/a de una empresa inicia una actividad empresarial y con el paso del tiempo, si perdura, la propiedad pasará a sus descendientes en forma de legado: la empresa familiar. El negocio sigue desarrollándose en la actividad que dio origen a la empresa: textiles, transportes, bebidas o productos industriales, lo que sea. Siguiendo la metáfora, la empresa mantiene la forma rectangular. Por otro lado, los descendientes, como piezas del puzle, pueden encajar o no encajar y, llegado el momento de la transición generacional, el sucesor se incorpora para ejercer el rol que antes realizaba el fundador/a con el estilo, por supuesto, de los nuevos tiempos.

La variedad de perfiles e intereses nos invita a hacer un trabajo de alineación de socios a fin de consensuar “un nuevo sueño compartido”: algo que puedan identificar como propio porque, para que la empresa siga prosperando con fuerza, las siguientes generaciones necesitan sentirse cocreadoras y con orgullo de pertenencia.

Como empresa eres… ¿Puzzle o Tangram?

¿Cómo lo hacemos? La respuesta es abrirse a nuevas posibilidades para aprovechar la diversidad y el talento, nos acercamos al espíritu del tangram.

Diversidad porque se reconocen diferentes, quizá los triángulos se entiendan mejor entre ellos, el cuadrado piensa de otra manera y el romboide es disruptivo. Todos son importantes para cocrear lo que quieren ser… una casa, un pato, un cohete (o mantenerse como rectángulo, por decisión propia).

Desde luego, la metáfora del puzle y el tangram también sirve para las empresas no familiares y para los equipos directivos. Puede ser usada por el CEO para impulsar una reflexión sobre el pensamiento fuera de la caja y la gestión del talento ¿le pedimos a nuestros empleados que sean una pieza en un rectángulo (haz bien lo que tienes que hacer en tu posición) o les invitamos a innovar e imaginar nuevas ideas?

El objetivo de la metáfora no puede ser otro que la prosperidad y el bienestar.

Si quieres profundizar, puedes leer el artículo completo en la web de Canal CEO

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